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El laboratorio dental: ¿Héroe o villano?


El laboratorio dental
“Es increíble lo que puedes lograr si no te importa quién se lleva el crédito”

Harry Truman.


Hoy queremos dedicar este blog a uno de los grandes protagonistas del panorama dental como son los laboratorios. Un buen puñado de años dirigiéndolos y otro aún mayor trabajando con muchos de ellos, nos ha permitido tener una visión global que nos gustaría compartir.

 

Hablamos de ese laboratorio que en un buen número de ocasiones resulta ser el gran olvidado al que nadie menciona en el ciclo de vida del paciente en nuestras clínicas, pero en quien recae la enorme responsabilidad de producir aquello que nuestro paciente llevará en boca, en el mejor de los casos, el resto de su vida.

 

¿Y cómo es posible que una figura tan importante pase tan desapercibida? Esta pregunta debería de ser objeto de estudio en profundidad… Porque, no nos engañemos, el laboratorio dental no sólo manufactura el producto que el paciente llevará en boca, sino que lo hace bajo unas condiciones que quizás nosotros no aceptaríamos trabajar en clínica. Desarrollemos…

 

Pensemos en ese mensajero que a las 7 y media de la mañana entra por la puerta del laboratorio con unas tomas de impresión en escayola que han viajado en moto sufriendo golpes en cada curva y que, tras el vaciado, nos encontramos que carecen de algún margen, parte estratégica del trabajo o peor aún, viene partida. Todo ello si tenemos suerte y no viene impregnada de fluidos biológicos de todo tipo incluyendo sangre, por supuesto.

 

Aún así, deciden seguir adelante y desplegar la hoja de trabajo que anexamos desde la clínica y donde esperan encontrar las indicaciones sobre el trabajo a realizar. Segunda sorpresa… Frases del estilo de “lo quiero no tan blanco como el de la semana pasada” o “ hacédmelo con un poquito de holgura“ lo creáis o no, son el pan nuestro de cada día.

 

Ante tal situación sólo caben tres opciones: o devolver la impresión a clínica, o llamar a clínica e intentar aclarar todo lo posible la información relevante sobre el trabajo a realizar o echarle valor e intentar seguir adelante.

 

Muchas veces confundimos el “es que yo me compenetro al 100% con mi laboratorio porque ya saben lo que quiero” con “mi laboratorio es un intrépido que intenta con la poca información que le doy hacer un buen trabajo”.

 

Y aquí comienza todo un proceso de producción que, sea grande o pequeño el laboratorio, debería de replicarse en la gran mayoría de casos y en el que no nos vamos a extender, hasta llegar al producto terminado que es enviado a clínica. Y todo ello sin haber visto la boca del paciente.

 

Por suerte, la digitalización está permitiendo prescindir de muchos de estos procesos arcaicos, pero hasta en eso el laboratorio sale perdiendo… Ya no hay moldes que replicar en real sino trabajos que diseñar. Y como laboratorio cambian una sala de escayola con su personal por una sala de diseño con su equipamiento digital y uno o varios diseñadores CAD/CAM. Gran inversión poco agradecida.

 

Extrapolándolo un poco, ¿alguien se imagina a un arquitecto diciéndole a su aparejador “necesito que me construyáis una casa más menos de la altura de la del 2017 siguiendo la línea de esta maqueta que te traigo a la que le falta alguna esquinilla pero seguro que sabéis apañarlo. Ah! ¡Y rapidito y sin fallos que vienen a comprarla el próximo martes!”

 

En definitiva, y partiendo de la base de que existirán mejores y peores laboratorios, elevar el nivel de formación e información sobre los trabajos y amoldar la exigencia tanto al coste como al tiempo que exigimos al laboratorio debería de ser una práctica más común entre las clínicas.

 

Deberíamos de entender al laboratorio como el partner estratégico que es, a quien pedimos que cree (no que fabrique) piezas únicas para nuestros pacientes únicos. Un socio en “la sombra” que nos permite, en el caso de trabajar bien, lucirnos con nuestros pacientes y que nuestros pacientes luzcan nuestros trabajos en boca. Exijamos innovación, buenos materiales, toda la rapidez posible y a cambio allanemos todo lo que esté en nuestra mano el trabajo a realizar.

 

Como siempre esperamos que os haya resultado interesante. Nos vemos en el próximo post.


 

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